Doña Lola

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Reflexiones de La Ninfa

Doña Lola, no puedo empezar esta carta sin antes felicitarla. Noventa y ocho años y está usted más presente que nunca. Como me las maravillaría yo para llegar a su edad y, aún en la ausencia, seguir siendo joven y admirada por todas las generaciones.Porque Doña Lola, pena penita pena es la que siento yo de que usted no haya visto como le han devuelto la vida para hablarnos a todos a través de una pantalla. No quiero decir con esto que usted se haya ido, nunca se fue, la Faraona de Sierra Morena tiene la sombra demasiado alargada para marcharse de su tierra.
Aunque usted no se lo crea, a día de hoy sus declaraciones y vídeos han pasado la barrera de la temporalidad. Con sus frases se hacen camisetas, con su cara arte y con su arte nosotros vivimos un poco más felices en esta época que como la Zarzamora vamos llorando y llorando por los rincones.
Ay Doña Lola Flores, que grande es usted y cuanto ayudó a los que construyeron los cimientos para que hoy todos podamos caminar un poco más libres por esta vida. Porque sí, usted fue una mujer adelantada a su tiempo y libre sobre todas las cosas. Libertad. Eso que defendemos y queremos para todos ya la reclamaba usted hace un buen puñado de años, es por eso que su discurso no envejece y su figura es inmortal.


Salió en televisión pidiendo respeto para las mujeres transexuales, hablando con su hija reividicando que cada uno se fuera con quien quisiera e incluso imaginó su propio funeral en el que “los mariquitas” pudieran despedirse de usted. También es bien sabido por todos que adoraba como la imitaban y que incluso regalaba trajes a los artistas que la interpretaban mejor en aquella Barcelona transformista pero con demasiado arte incomprendido.

Ilustracion de Franciscompany


Nos enseñó a que ser guapa es algo que va más allá de un físico, porque el brillo de los ojos no se opera, que una mujer tiene poderío pese a las circunstancias que la rodeen, de hacer lo que quiera, sola o acompañada. De hacer reír sin filtro, porque usted nunca lo tuvo ni le hizo falta.
Y es que, Doña Lola, usted fue y es, sin haberlo querido, un icono y un referente de muchas cosas. Por su garra, su autenticidad y la forma de defender lo suyo. Porque todos en Andalucía nos sentimos un poco nietos de Lola Flores y esto es como las casas de las abuelas, están abiertas a todo el mundo que quiera comerse un puchero y aprender sin juzgar. Ser libres sin preguntar si se puede, porque siempre lo fuimos.


Hoy se habla de su acento, de Andalucía y de usted. Doña Lola, a su vera todo se ve más bonito. Gloria para usted, mujer, morena, andaluza y luchadora. Y que si no la queréis “irse”, porque quien no quiere a Lola Flores es que no ha entendido nada de lo que es vivir en esta tierra, Andalucía.

 

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