Tenemos en la cabeza la visión de que la cultura nórdica, o más bien los hombres de esa cultura, son muy masculinos y como se suele decir, muy «machotes». Pero, lo que no nos cuentan las series como “Viking”, es la homosexualidad que podemos encontrar dentro de esta cultura.
Por otro lado, tenemos a los celtas. Una cultura, poco conocida, aunque muchos autores clásicos narraron como eran dentro y fuera de la cama. Los pocos testimonios que tenemos al respecto provienen de fuentes griegas y romanas como las de Posidonio o Aristóteles. El periodo que relatan estas fuentes viene desde la cultura de La Téne o Edad del Hierro, hasta la época de dominación romana. Debemos partir de la premisa de que todas estas fuentes relatan las observaciones de estos autores sobre el pueblo celta, sin haber presenciado dichos acontecimientos. La primera vez que se menciona la homosexualidad entre las tribus celtas, es en s.IV a.C. en un escrito de Aristóteles (fig. 1). Éste, relata como las relaciones homosexuales entre hombres eran aceptadas entre los celtas, sin ningún tipo de tabú o discriminación por ello.

Un relato más fidedigno es el de Posidonio, el cual sí que fue testigo de estos comportamientos entre las tribus celtas, como bien relata. Pese a esto, sus narraciones no llegaron de primera mano, sino que fue a través del historiógrafo Diodoro el cual lo incluye en sus temas.
Este relato es significativo, a diferencia de los propios romanos y griegos, los celtas mantenían sexo sin importar el rol que cada uno mantuviera en las relaciones. Tampoco importaba la jerarquía, daba igual si eran hombres libres o no. Lo que si recalca Diodoro, es el carácter salvaje del sexo homosexual entre los celtas (fig. 2).
En cuanto a enlaces rituales debemos hacer mención el de Handfasting. Esta ceremonia era una promesa espiritual realizada ante los Dioses. El dios escogido por la pareja debía ser honrado para que protegiese la unión. Además, era un compromiso de unión por un tiempo limitado, es decir duraba 1 año y un día. Las parejas podían ser heterosexuales u homosexuales ya que era el espíritu al que apelaban protección no tenía género.

En cuanto a la cultura nórdica, como muchas otras, toleraban la homosexualidad, siempre y cuando existiera un matrimonio heterosexual y una descendencia. Esto aportaba al colectivo, hombres y mujeres para la defensa y los trabajos del campo. Debemos recordar que en la Antigüedad existía una alta tasa de mortalidad infantil, por lo que era necesario procrear y continuar los linajes. Lo importante en general era seguir las órdenes establecidas y no molestar a la comunidad. Podías tener compañeros o compañeras de su mismo sexo sin importar las consecuencias, siempre y cuando te ciñeras a las leyes no escritas: casarte y tener hijos.
Además, los nórdicos consideraban que la vejez provocaba la homosexualidad. Es decir, una vez que habías formado una familia y eras anciano, podías abrazar tus verdaderos sentimientos. Vamos, que una vez que habías aportado a la sociedad hijos, podías mantener relaciones sexuales con quien quisieras. Incluso existe un proverbio vikingo que dice así: “Todos se hacen homosexuales cuando llegan a la vejez”.
El rol de activo era el bien visto (fig. 3). Siendo el rol pasivo motivo de burlas y exclusión social. Esto está estrechamente ligado al pensamiento nórdico, de que el rol activo era el líder y dominante, y el pasivo el que sigue sumisamente. Famosos son los relatos en sagas, de cómo los vikingos violaban a los hombres y mujeres de tribus vencidas. Un claro ejemplo lo encontramos en la saga de Guðmundar Dyra.

Otro detalle que sabemos es que los vikingos tenían palabras para aquellos que se salían de estas normas establecidas. Por un lado, si un hombre no quería casarse era denominado fuðflogi (hombre que huye del órgano sexual femenino). Por otro lado, si una mujer no quería unirse a un hombre era conocida como flannfluga (ella quien huye del sexo masculino). Además, existían runas que se solían colocar en las puertas de las casas de los que osaban romper las normas (fig. 4).

Muchos dioses, héroes e incluso los sacerdotes de estos dioses fueron conocidos por sus prácticas homosexuales. El más famoso de todos estos dioses es sin duda Loki, el cual adopto el papel de mujer y hombre en diferentes ocasiones. Este dios fue claramente bisexual, además de un cambia forma. Una vez adoptó la forma femenina de una recolectora y paso décadas siendo ella, manteniendo relaciones sexuales con hombres e incluso teniendo descendencia. Aunque su prole más emblemática fue con el semental del gigante Gylfaginning. Loki se transformó en yegua y llegó a dar a luz al caballo más famoso de la mitología nórdica, Sleipnir (fig. 5). Luego, regalaría a su padre Odín dicha descendencia.

Un héroe nórdico, famoso por sus gestas es Grettir. En el poema que alaba sus hazañas se dice que había mantenido relaciones sexuales con «…doncellas y viudas, mujeres de todo el mundo, hijos de agricultores, los decanos y los cortesanos, abades y abadesas, vacas y terneros, de hecho, con cerca de todas las criaturas vivientes.».
En cuanto a los sacerdotes, parece ser que existió un cuerpo sacerdotal al servicio de Dios Freyr (fig. 6), el cual tenía como peculiaridad que sus miembros eran homosexuales. Esto se sabe, puesto que se les describía con vestiduras de mujer y peinados típico de las mujeres vikingas. Además, tenían comportamiento claramente afeminado.
En cuanto a los restos arqueológicos, debemos mencionar las goldgubbers. Estas placas por lo general doradas estaban talladas con la imagen de dos individuos abrazados. La creencia, es que es una representación del dios Freyr y la giganta Erge. Posiblemente fueran empleados en las bodas, a modo de ofrendas o buena fortuna en el matrimonio. Aunque, los goldgubbers encontrados visualmente parecen tallados con las figuras o bien de dos hombres abrazados, o de dos mujeres abrazándose (fig. 7). ¿Vosotros que creéis?

Otro resto arqueológico de suma importante es un manuscrito del s.XIV donde aparece la prostitución masculina de carácter homosexual en la cultura nórdica. Este rol era ejercido por esclavos y apenas tenía una consideración social. Además, el pago por los servicios era escaso, aunque si existió dicha prostitución debemos suponer que era por una demanda entre los hombres nórdicos.
En resumen, los celtas fueron más abiertos sexualmente que los nórdicos, aunque ambas culturas toleraron y aceptaron la homosexualidad. Si bien es cierto, que los nórdicos al igual que las culturas del Mediterráneo, fueron más reacios al rol pasivo, pero en definitiva aceptaron la libertad sexual de sus congéneres.

Para saber más
Rosado, W. (2013): Sexualidad en la Mitología Nórdica.
Cherici, P. (1994): Celtic Sexuality. Power, Paradigms and Passion