Las Fieras de la Noche. Los rituales de iniciación

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Hace poco llegó a mis manos un ejemplar de “Las Fieras de la Noche” (fig.1), escrito por Mariano Lelez. Lelez psicólogo y sexólogo argentino de profesión, transcribe la historia escrita en 2016 en el portal web usandbath sobre la vida de Juan Manuel Di Laurentis.

Cada entrada de Di Laurentis dejaba con la boca abierta a todos los lectores. Rituales de iniciación masculina, orgías, sexo desenfrenado e incluso incesto. Era de esperar, que la vida de Juan Manuel fuese llevada a un libro, porque después de leerlo puedo decir que ni un guionista de Netflix podría imaginar todo lo que le ocurre.

“África entró primero por mi nariz, luego por mis ojos y más tarde, pero recién más tarde por mi orto” Juan Manuel Di Laurentis (2016).

Fig. 1. Portada del libro «Las Fieras de la Noche» de Mariano Lelez (2021).

África siempre ha sido esa fiera inexplorable, un continente que evoca lo exótico y la pureza. Por eso no es de extrañar, que en la cuna de la civilización existan mitos y rumores que a cualquier hombre occidental podría sonrojar. Por esto, me gustaría centrarme en los rituales de iniciación masculina de distintas tribus y culturas (no solo del continente africano) y como estas costumbres han perdurado hasta llegar a nuestros días.

Desde el albor de los tiempos, el ser humano ha tenido la necesidad de reivindicar su madurez. Cada cultura, trató el tema de distinta forma, y en muchas ocasiones de forma homoerótica. Podríamos decir, que los rituales de iniciación equivalen a un segundo nacimiento. Según algunos expertos, esto se debe al intento de separar al hombre de la madre, así como de la propia naturaleza que es claramente femenina. Otros, piensan que los rituales masculinos pretenden recrear la menstruación femenina, que en muchas culturas elevaba a la mujer a un estatus mayor. Lo que si es cierto, es que este tipo de rituales (sean o no aceptables para la sociedad moderna), rinden un culto a la fertilidad de una u otra forma.

En la historia, tenemos claros ejemplos de este tipo de rituales. Por ejemplo, los espartanos tenían la agogé (fig.2), la cual era un sistema educativo que pretendía hacer que los jóvenes se convirtieran en hombres. En torno a los siete años, el gobierno asumía la tutela de los niños y los instaba a tener entrenamientos durísimos. Se les privaba de alimentos, ropa y obligaban a dormir en camastros. Todo esto para endurecer a los niños y convertirlos en auténticos hombres y guerreros.

Fig. 2. Mujer espartana entrega un escudo a su hijo de Jean Jacques François Lebarbier (1805).

Esparta no fue la única, muchas otras culturas hicieron lo propio a lo largo de la historia. Aunque, si hablamos de ritual de iniciación por antonomasia ese es la circuncisión. Muchos conocerán esta costumbre por parte de los judíos, pero es un ritual que muchas civilizaciones a lo largo del planeta emplean en sus rituales. Muchas tribus africanas por ejemplo, emplean este ritual como parte de su paso de niño a hombre. Pero, encontramos esta costumbre en gran parte de las culturas a lo largo y ancho del planeta.

Uno de los mayores problemas de realizar esta práctica, es que muchos jóvenes mueren, ya que el ritual se lleva a cabo sin medicamentos y sin higiene alguna en muchos casos. Además, los niños no pueden mostrar ningún tipo de sentimiento, si muestran dolor serán marginados o repudiados por la sociedad. Como nota curiosa, el primer trasplante de pene se realizó en 2015 a un joven que había perdido el miembro debido a este ritual.

Un ritual iniciático que podemos encontrar en el libro de Mariano Lelez, es el del ngoso. Los chaga, una tribu que vive a los pies del Kilimanjaro (fig. 3) tiene por costumbre a una cierta edad taponar mediante el ngoso el ano de sus jóvenes. Esta costumbre otorga a los chicos sus derechos de adulto. Es más, como bien explican en el libro, hacen creer a la sociedad chaga que los hombres no volverán a expulsar nada por sus rectos. Bien es cierto, que las mujeres saben el verdadero secreto, pero por respeto callan.

Fig. 3. Tribu Chaga, parientes de los Masais.

«No emiten vientos en presencia de las mujeres y los niños que no hayan sido iniciados. Si lo hacen, los ancianos de la tribu masacrarán sus vacas. Tampoco deben ser sorprendidos por mujeres cuando estén defecando. Llevan siempre un palo, entierran sus heces y escarban aquí y allá pretendiendo buscar un amuleto. Si alguno padece de intestinos sueltos, debe llamar a un compañero de edad para que lo conduzca a la casa de los hombres y allí le cuide. Si se atreviese a decir a alguien el secreto de los hombres, entonces sus compañero de edad, los ancianos de la tribu y el jefe privarán sin piedad de todo lo que poseen. Porque así habrán desgraciado a sus contemporáneos, y aun a los mismos muertos. Y se dirá que el secreto de los hombres es una mentira.» Otto Friedrich Raum.

El ritual comienza y dura nueve meses, al igual que ocurre con el nacimiento, porque como hemos mencionado este tipo de rituales intentan simular un segundo nacimiento. Durante este tiempo, el chaman coloca el ngoso a los iniciados uno a uno. Lo curioso es, que al usar este tapón (que se asemeja mucho a un plug anal (fig. 4)), se les estimula sin querer la próstata, por lo que muchos se llevan gran parte del tiempo con una erección.

Fig. 4. Plug anal de madera.

Al anochecer, el hechicero libera los esfínteres de los jóvenes, para que vayan a defecar en grupos entre humos rituales, para posteriormente volver a introducírselos. Pasados los nueve meses se habrán convertido en hombres y jamás podrán expulsar flatulencias o defecar en presencia de nadie que no sea un varón iniciado.

Ahora nos trasladamos hasta Papúa Nueva Guinea para hablar de la tribu de los Sambia o como se les conoce, “los guerreros del semen” (fig. 5). Esta tribu tiene lo que para muchos será el ritual de iniciación más controvertido. Con 7 u 8 años, los niños son arrancados del seno materno y pasan a la casa de iniciación hasta los 15 años. Durante este tiempo, se producen las inseminaciones. Según Gilbert Herdt, que pasó con esta tribu dos años, la inseminación es un ritual homosexual que practican los sambianos para conseguir el completo desarrollo de los niños y convertirlos en aguerridos hombres.

El ritual consiste en felaciones y prácticas sexuales de los iniciados con los guerreros más fuertes y populares. Para esta cultura, el semen es la esencia de la vida, por lo que deben ingerirlo anal y oralmente para convertirse en hombres de pleno derecho. Con 15 años, y acabado el ritual, son casados con una mujer la cual ha sido instruida en las artes del sexo oral. Otra creencia que tiene esta tribu es que la leche materna es el semen del hombre transmutado. Por lo que, durante el embarazo la mujer practica felaciones regularmente a su marido para almacenar y luego nutrir al hijo. Todo muy escatológico y siniestro, si se me permite decir. Otra tribu cercana, atribuye este ritual a la creencia de que los niños, nacen sin semen y por tanto, los adultos deben proveerlos. Por esto, el semen es un bien preciado que solo se puede emplear en la fecundación en días clave del año.

Fig. 5. Tribu de los Sambia de Papúa Nueva Guinea.

No podemos dejar de mencionar el “ritual del baño”, el cual menciona Lelez también en su libro. Si bien es cierto, que no es un ritual iniciático, tiene mucha importante para el protagonista del libro puesto que le hace romper con los prejuicios occidentales. En Occidente, el pudor y los complejos han hecho que vistamos de pies a cabeza. Pero en África, ese pudor no existe. Es por esto, que el momento del baño entre chicos fue clave en la historia de Juan Manuel Di Laurentis. Los jóvenes, se bañan y enjabonan los unos a los otros como señal de respeto. Algo así, podríamos habernos encontrado en las termas romanas y griegas de la Antigüedad, seguramente. Durante esta práctica, el roce y los toqueteos provocan erecciones y en muchos casos, actos sexuales. Pero, en este tipo de culturas, al igual que ocurriera en muchas del Mediterráneo hace siglos, no se contemplan como algo malo. Al contrario, el intercambio de fluidos es algo que les honra, como ya ocurriese en la Grecia clásica (fig. 6). 

Lo que queda demostrado, es que el continente africano esta plagado de magia y sensualidad. Vaya a ser por sus rituales, en muchas ocasiones cargados de contenido erótico y homoerótico, o por lo exótico que pueden parecer sus habitantes a ojos occidentales.

Fig. 6. Grupo de hombres de una tribu africana se divierten desnudos en la playa.

Además, este tipo de rituales y actos homoeróticos no solo acontecieron en África, sino que existen muchas fuentes que confirman que este tipo de hábitos sexuales fueron trasladados por los esclavos a otros países. Luiz Mott, en su trabajo “O sexo proibido”, hace un análisis de los comportamientos homosexuales de los africanos y sus descendientes en el Brasil esclavista, que confirmaría todo lo anteriormente mencionado. Otro ejemplo, es el trabajo de Carolina Giraldo “Esclavos Sodomitas en Cartagena colonial, hablando del pecado nefando” donde se relatan los juicos de la Inquisición sobre los esclavos en la Colombia del s.XVII y XVIII. Según los textos, a lo largo de esos siglos se enjuiciaron muchos esclavos por prácticas sodomitas en sus rituales.

Seguramente, los esclavos llevasen al Nuevo Mundo sus tradiciones y rituales, pero la religiosidad imperante vio con malos ojos estas prácticas. En muchos casos, este tipo de rituales fue asemejado con cultos satánicos y los actos sexuales de origen demoniaco.

En definitiva, África siempre guarda una sorpresa, y en este caso, es una visión del mundo sexual y una mente mucho más abierta que la que tenemos en Occidente. Gracias a libros como el de Mariano Lelez podemos ver a través de una pequeña ventana, como es ese continente tan desconocido. Es por esto, que si tenéis curiosidad o queréis ahondar más y conocer la historia que conmocionó las redes sociales de Argentina en 2016, compréis “Las Fieras de la Noche”, y conozcáis de primera mano la historia de Juan Manuel Di Laurentis.

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Para saber más

Carolina, G. (2000). “Esclavos Sodomitas en Cartagena colonial, hablando del pecado nefando”. Historia Crítica.

Gilbert, H. (1999). “Sambia Sexual Culture: Essays from the Field”. Universidad de Chicago.

Lelez, M. (2021). “Las fieras de la noche”. Eldeseo.

Mott, L. (1988). “O sexo proibido”. OP. Cit, pp. 17-74.

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