Ricky Merino y Conchita Wurst unen sus voces para denunciar el silencio que sufren los niños por su condición

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La pareja de artistas presentaron el pasado viernes su colaboración ‘Smalltown Boy’.

Conchita Wurst, ganadora de Eurovisión 2014, no sabía nada sobre Ricky Merino el día que recibió la oferta de versionar juntos Smalltown Boy, pero la fuerza del mensaje de ese clásico de Bronski Beat llevó a firmar una orgullosa alianza por esos otros niños «maricones» de pueblo que aún sufren en silencio por su condición.

«Yo era un niño maricón de una ciudad pequeña. En el colegio me llamaban mariquita y me hacían la vida imposible. Crecí pensando que ser homosexual era algo malo. Cuando vine a Madrid, empecé a encontrar referentes que me hicieron entender que no estaba solo», relata Merino (Palma de Mallorca, 1986) en una charla con EFE.

Cuenta el exconcursante de Operación Triunfo 2017 que la idea de versionar el tema vino durante el primer confinamiento. «Nos unimos mucho como sociedad, pero luego empezó a haber una ruptura, con mensajes de odio en general y también hacia las minorías, como con el 8-M. Eso me llevó a escuchar música como esta canción, que me volvió a remover por dentro», rememora.

Decidido a proporcionarle «un mayor altavoz» al mensaje, pensó en Thomas Neuwirth (Gmunden, 1988), el austriaco que bajo el pseudónimo ‘drag’ de Conchita Wurst obtuvo la victoria en Eurovisión 2014.

«Tiene mucha influencia dentro del colectivo y más allá y para mí era un reto personal que esta letra no se quedara relegada, porque siguen dando palizas a niños por ser gays», justifica el mallorquín.

Su compañero de andanzas, no obstante, resta importancia a su dimensión dentro del movimiento. «No me veo como un icono gay. Soy consciente de que mi victoria en Eurovisión, además de un gran momento para mí, lo fue para la comunidad LGTB. Aún así, hay muchas personas haciendo cosas formidables por el mundo como para considerarme un símbolo», señala.

Un pasado común

En la nueva versión, «más europea», el productor Juan Sueiro primó unos arreglos más actuales que hacen que el reconocible gancho vocal del inicio pase más desapercibido. Aún así, fue esa «maravillosa» producción, su común pasado televisivo y el mensaje del tema lo que convenció a Wurst/Neuwirth de que no dejara pasar la invitación.

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RICKY MERINO Y CONCHITA WURST

«Es una de esas canciones que todo el mundo conoce, pero no de manera profunda; una vez que te centras en su letra, descubres que es muy oscura y que su vídeo era toda una declaración en los años 80», destaca el austríaco, deseoso de que su mensaje siga removiendo conciencias en este presente en el que «en algunos países puedes ser asesinado legalmente por ser homosexual».

Neuwirth, que como Merino procede de una pequeña localidad, considera que también en su caso «el chico de pueblo sigue ahí».

«Lo que te sucede de niño te moldea como persona. Recuerdo que no podía hablar con nadie. Quería encajar y me preguntaba por qué no podía ser como los demás. Es un proceso hacia la aceptación personal que vives en silencio», rememora.

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En una comunidad creciente de artistas públicamente homosexuales pero en la que no todos hacen defensa de su condición, para Merino es «necesario» agitar la bandera en algunos casos.

«Estas cosas ayudan a que haya un pequeño cambio, a que dentro de unas cuantas generaciones se pueda cantar libremente a un amor gay y no tenemos que conformarnos por miedo a dejar de triunfar o no gustar a la mayoría», asevera.

Para Neuwirth, la victoria de Joe Biden en Estados Unidos es una buena noticia en este sentido. «Creo que volvemos a ir en la dirección correcta. No apoyo a Donald Trump, pero el caos es bueno en algunos casos, porque cuando todo se cae a pedazos, puedes volver a reconstruirlo de una manera más sabia y respetuosa», considera.

¿Ricky Merino a Eurovisión?

El austríaco, ocupado en «un nuevo proyecto discográfico» que daría continuidad a su último álbum, Truth Over Magnitude (2019), estalla en una carcajada cuando se le plantea que, siendo poco dado a las colaboraciones, haya cerrado este dueto antes que con la que fue una de sus amigas en Eurovisión 2014, Ruth Lorenzo.

«Intercambiamos mensajes el otro día», cuenta entre risas que revelan cierta sorna por parte de la española después de que un paisano le tomara la delantera.

Su encuentro con Merino les ha servido para entablar una magnífica relación, hasta el punto de que el exganador de Eurovisión no tiene duda en señalar su idoneidad como posible candidato de España para ese festival.

«Definitivamente lo recomendaría y me gustaría verlo allí. Es muy profesional, un gran cantante, tiene encanto, lo cual ayuda, y además está cañón», sentencia Neuwirth.

Ante esas palabras, el mallorquín se deja querer. «Eurovisión me gusta mucho desde que era pequeño y no lo veo como algo negativo. Ser el representante de mi país me parece maravilloso. No me lo planteo como objetivo a perseguir, porque no depende de mí, pero sería un sueño», concede.

Os dejamos con este gran tema para que podáis deleitaros con un proyecto con tanto trasfondo.
 

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